Escuela de Vida

Hace algun tiempo leí una entrevista de José Luis Martinez, responsable nacional de pruebas combinadas, en la que decía que las pruebas combinadas eran una escuela de vida, entonces me pareció simplemente una bonita frase, este fin de semana comprendí su significado al comprobarlo en mis propias carnes.

En efecto, en esto de las combinadas, la capacidad con la que te recuperas de los golpes y de las "cagadas" adquieren tanta importancia o más que el nivel de forma que tengas. Cuanto menos tiempo tardas en "descabrearte", reconocer que eres humano y asumir que como humano cometes muchos fallos, mejor te irá en las combinadas... y en la vida.

¿Por qué digo esto? pue porque entre las multilples experiencias de este fin de semana, me quedo con lo que ocurrió en el salto de altura. Habia corrido en 7"28 los sesenta metros, saltado hasta 6.57 en la longitud y lanzado el peso hasta los 16.15, se puede decir que dentro de las condiciones dificiles de competición (28 atletas en un grupo único, de locura) la cosa marchaba más o menos según los planes. En la altura me sentí como nunca en el calentamiento y mi confianza aumentó, pero entre el calentamiento y mi primer salto pasaron...2 horas y media!!! cuando me tocó saltar de nuevo no conseguí activarme y salté mi primera altura (1.68) pero las cosas no estaban como antes, en la segunda altura (1.74) empezó a fallar la carrera y cuando me quise dar cuenta llevaba 2 nulos, trate de parar el 3º cuando me "comi" literalmente la curva, pero no hubo manera. Por mi cabeza pasó de todo: retirarme, huir, no salir al dia siguiente... pero decidí hacer caso a un buen amigo: salí del pabellón y me enfade, grité y me desahogue tanto como pude, con el objetivo de que al volver a entrar al pabellón (a la mañana siguiente) no estar pensando aún en el fallo de la altura.

Este truco funcionó y a la mañana del Domingo sólo estaba casado, corri en 9"53 las vallas (más o menos lo previsto) y en la pertiga vi mi oportunidad de recuperar los puntos de la altura. Salte 3.00 y 3.30 a la primera y segui de 20 en 20 para ahorrar saltos a mis maltrechos tendones, a pesar de llevar más de un mes sin coger una pertiga (por culpa de dichos tendones) y la jugada me salió bien pues pasé a la 2ª 3.50 y 3.70 con lo que recuperaba los puntos perdidos en la altura para alcanzar los 4.800. Sólo quedaba lo "facil", y digo fácil porque con el mal tiempo es de lo que mejor pude entrenar, aún así me aceleré un poquito con los primeros 300 metros y lo pagué un poco al final de 5 vueltas y media eternas, pero los 2´50"60 me valieron 4814 puntos que no hubiera soñado al principio del domingo.