lunes, 5 de julio de 2010

Tallinn 2010,

Hace casi una semana que regresamos de Tallin y aún no había tenido la oportunidad de escribir unas líneas sobre aquella maravillosa experiencia.



Si, habéis leído bien, fue una experiencia increíble, habréis visto las marcas y el descenso del equipo y os preguntaréis ¿cómo dice éste que fue una experiencia increíble? Pues os contaré cómo, cuando acabas una competición con la sensación de que has dado TODO lo que tenías dentro, compitiendo hasta el final incluso después de haberte lesionado gravemente, y que además tus tres compañeros de equipo también pelean hasta el final, a pesar de que el descenso está cantado, nadie va para marca y alguno también va tocado, cuando acabas una competición POR EQUIPOS con esa sensación tienes que estar satisfecho sea cual sea el resultado, así lo veo yo.



Y es que la competición fue difícil y cuesta arriba desde la primera prueba, los 100 metros, donde un ligero viento en contra nos dio la primera en la frente. Aún así el primer día transcurrió más o menos dentro de lo normal, con las marcas perjudicadas levemente por la lluvia (en la altura nos cayó un buen chaparrón) y el viento cambiante. Llegaron los 400 y ahí fue donde el Decatlón enseñó por primera vez sus garras al equipo español, un fuerte viento en contra en la primera mitad de la carrera unido al ritmo suicida de sus referencias desquició a dos compañeros que arruinaron aquí sus opciones de hacer una buena marca. Aún así el 400 sería sólo el inicio del calvario, en la siguiente prueba, los 110 vallas, empezaba mi calvario personal.



Aquí tengo que agradecer a los servicios médicos de la rfea, al doctor Vicente Moreno y a nuestro fisio Manuel Rafael, el trabajo intenso que realizaron durante todo el fin de semana, sin su ayuda para la recuperación entre pruebas, alguno, como por ejemplo yo, no habríamos llegado tan lejos. Y es que, el equipo nacional era un equipo de 8, porque tanto ellos dos, como los dos entrenadores (Miguel Angel Millán y Fernando Martínez) pasaban con nosotros las 12 horas largas que estábamos cada día en la pista, sufriendo como nosotros y poniendo cada uno su granito de arena para que el equipo hiciera el mejor papel posible.



Volviendo a la competición, gracias al trabajo de Manuel, pues durante el 400 ya había tenido un aviso serio de mis aductores, pude salir en unas condiciones razonablemente buenas a correr las vallas, condiciones que me duraron hasta la 4ª o 5ª valla donde se volvieron a repetir dichos avisos, conseguí llegar a meta, pero ya lo hice en una marca poco menos que ridícula, el calvario no había hecho sino comenzar. Llegó el disco, en esta prueba lo pasé realmente mal, más por la impotencia de no poder girar y colocar la pierna derecha en el final que por el dolor en sí, conseguimos pasarla también, sólo quedan 3, pero llega el monstruo.



Llega la pértiga, momento difícil para el equipo, no tenemos pértigas, puede que estén en Barajas, en Munich, o en algún paraíso tropical, en Tallin no están eso parece claro. La organización nos consigue unas pértigas, pero no se ajustan, para mí son duras, para Agus demasiado blandas, el único que parece adaptarse bien es Javi que hace una buena prueba. Yo me la juego y cometo un error táctico imperdonable, en lugar de intentar saltar la primera altura (3,30) a rígida, decido intentar saltar subiendo agarre en una pértiga con la que sólo he conseguido saltar estando en forma, a esas alturas y estando ya medio cojo no fue una buena opción. En el primer intento mis aductores dan el último aviso, sé que estoy al límite y me la juego entrando con todo en el segundo intento, corro todo lo rápido que puedo y llego razonablemente bien a la batida, en el momento que la pértiga toca el cajetín, siento un latigazo en el aductor, esto ya no es un aviso, se ha roto. Abandono la colchoneta totalmente cojo y no hago el 3er intento. Los médicos me confirman que probablemente tenga una rotura en el aductor menor, a mí me duele más haber hecho un 0 en la pértiga que la pierna. Como en principio no hay riesgo de que se agrave si tengo “cuidado” decido continuar con la idea de ayudar al equipo en el 1.500. Cuando Miguel Millán llega a la tienda de los médicos y le digo que sigo en competición él me dice “ya sabía que lo harías”, puede que sea uno de los mejores cumplidos que me hayan hecho nunca.



Pasado el trámite de la jabalina (donde lancé de medio parado y medio a la pata coja, con las indicaciones de Fernando fuimos dando forma a una nueva técnica, que espero no volver a tener que utilizar) llega el 1.500. Con el equipo descendido, estoy orgulloso de la actitud de mis compañeros en esta prueba, entendiendo que además ninguno iba para hacer una marca decente y que lo fácil hubiera sido retirarse o darse un paseo. En ese momento Fernando y Miguel nos dijeron una frase que se me quedará grabada “Esto es un decatlón de verdad, cualquiera puede acabar un decatlón cuando va haciendo marca en todo, lo difícil es hacerlo cuando las cosas van así de mal”. Javi y Agus salieron con el grupo a un ritmo incluso superior a sus marcas en esta prueba (acabaron pinchando, pero sin abandonarse, luchando y muriendo con las botas puestas), yo me quedé con ganas de intentarlo también, pero nuestro pequeñin (Jonay Jordan, un junior canario que no tardará en ser uno de los grandes) tenía problemas y me quedé con él para protegerle del viento y tratar de ayudarlo con el ritmo, al final incluso pasamos a dos finlandeses en la última vuelta donde sacó todo lo que llevaba dentro, seguro que este duro Deca le enseñará mucho de cara al futuro.



Como podéis comprender, una experiencia de este calibre, con semejante ambiente de camaradería entre los 8 miembros del equipo y ese nivel de compromiso, eso no se puede valorar de forma negativa. Volví a España sintiendo que ya formo parte de la familia de las combinadas española, y ahora sólo espero que David, Oscar, Alvaro, Joan y todos los demás se recuperen de sus lesiones y sus problemas, para que el año que viene las dificultades al hacer la selección sean que haya 8 tíos de mas de 7.200, para que los 4 que vayan, sean quienes sean, puedan devolver al equipo a la Superliga.


1 comentario:

Solidamente dijo...

Gracias por comentarlo con nosotros, se hace muy emocionante. Sé que lo habrás comentado mil y pico veces, pero es una lástima que la gente no conozca más las combinadas.